lunes, 6 de septiembre de 2010

Bayamo antes y ahora. 4ta parte

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El Retablo de los Héroes, su parque en calle Martí al final. Ciudad de Bayamo.

Antes..


Ahora...


En esta siguientes fotos es en el parque Retablo de los Héroes, antes y ahora.



Para encontrar toda la informasion necesaria sobre este parque, visiten la clabe Parques de Bayamo en este mismo Blog, allí encontrarán fotos y algo de historia sobre este magnifico e historico lugar de mi ciudad.


Retablo de los Héroes

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En ese lugar fueron sepultados los restos de Francisco Vicente Aguilera, Mayor General del Ejército Libertador y Vicepresidente de la República de Cuba en Armas, al ser trasladados desde Nueva York, donde había fallecido en 1877. Sobre la tumba de Aguilera se encuentra un monumento funerario, que fue colocado como homenaje al ilustre patricio.

El cementerio que allí existió fue el primero de su tipo en Cuba, y algunos aseguran que hasta de América, inaugurado cuando el crecimiento poblacional y los problemas de salubridad imposibilitaron los enterramientos en los templos y conventos, como era habitual hasta entonces.


El parque surgido en lo que algunos bayameses suelen llamar aún el cementerio viejo, fue reconstruido en 1958, año cuando se erigió allí el Retablo de los Héroes, con las efigies de destacados patriotas cubanos, y en el centro una estatua de Francisco Vicente Aguilera.



Destruida la iglesia por el incendio revolucionario del 12 de enero de 1869, su vieja torre quedó en pie, y se utilizó durante varios años como el pórtico de la necrópolis. Al demolerse el camposanto fueron conservadas las ruinas de la iglesia de San Juan Evangelista.



El cementerio que allí existió fue el primero de su tipo en Cuba, y algunos aseguran que hasta de América, inaugurado cuando el crecimiento poblacional y los problemas de salubridad imposibilitaron los enterramientos en los templos y conventos, como era habitual hasta entonces. En la foto aparece una imagen antigua de la torre que fue utilizada como el pórtico del cementerio viejo de Bayamo.

Durante la década de los años 30 en el siglo XX, se promovieron los debates sobre la necesidad de trasladar los enterramientos hacia terrenos más alejados del núcleo poblacional, y la construcción de otro parque en el cementerio viejo. En este hermoso lugar donde estuvo el antiguo cementerio de Bayamo, existe ahora una de las zonas más simbólicas y espaciosas de la ciudad, donde es posible recordar a nuestros héroes, y rendir homenaje a los padres fundadores de la nación cubana.





Héroes cuyos rostros aparecen en el lado derecho del monumento ubicado en el Retablo de los Héroes, de Bayamo:

• Jorge Carlos Milanés y Céspedes
• Pedro Maceo Chamorro
• Rdo P Diego José Baptista
• Lucas del Castillo Moreno
• José Joaquín Palma
• José M. Izaguirre e Izaguirre
• Joaquín Acosta Fonseca
• Diego Tamayo Figueredo
• Juan Clemente Zenea y Fornaris
• Esteban Estrada
• Antonio Yero
• Máximo Gómez Báez
• Luis Marcano Alvarez
• Manuel de Jesús Calvar Eduardo (Tita)
• José Manuel Capote Sosa
• Tomás Estrada Palma

Héroes cuyos rostros aparecen en el lado izquierdo del monumento ubicado en el Retablo de los Héroes, en Bayamo


• Luz Vázquez y Moreno
• Candelaria Figueredo Vázquez(Canducha)
• María Candelaria Palma y Fauruya
• Adriana del Castillo Vázquez
• Atala del Castillo Vázquez
• Paulita Téllez
• Fernando Figueredo Socarrás
• Francisco J. de Céspedes y del Castillo
• Ramón Céspedes Fornaris
• Emiliano Tamayo
• Carlos M. de Céspedes y del Castillo
• Pedro Figueredo Cisneros (Perucho)
• Francisco Maceo Osorio
• José Fornaris y Luque
• Ismael de Céspedes y Yero
• Oscar de Céspedes y Céspedes
• Donato Mármol Tamayo

Al final de la calle Martí crece desde hace muchas décadas un algarrobo, que ha dado a ese terreno el popular y reiterado nombre de La Algarroba. Esto se encuantra justo frente y esquina al Parque Retablo de los Héroes.





Fuente. Jorge C Tamayo.
jorgetm@enet.cu

Blogero. Jesús M Pérez.
primochuchi@aol.com


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domingo, 5 de septiembre de 2010

El parque de los coches. Bayamo.

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Por: Jorge C Tamayo
En uno de los lugares más céntricos y hermosos de Bayamo se encuentra la plaza Francisco Maceo Osorio, aunque por tradición y la otrora presencia permanente de calesas y carruajes en sus alrededores, los bayameses conocen este lugar como El Parque de los Coches.


El siglo XX sorprende a Bayamo recuperándose de las consecuencias de las guerras de la segunda mitad del XIX. Desde el punto de vista urbano, la ciudad está sufriendo todavía las consecuencias del incendio de 1869, pues el proceso de reconstrucción ha sido lento.

En este período se destaca la transformación de sus espacios abiertos, cuando algunas plazas desaparecen, y otras son transformadas en parques, como fue el caso de la Plaza de Santo Domingo, que pasó a convertirse en el parque Maceo Osorio.

A la plaza de Santo Domingo, una amplia explanada ubicada delante del convento del mismo nombre fundado en 1742 por los dominicos, en la sede de la Iglesia de la Asunción, se accedía desde la Plaza de la Iglesia Mayor por el antiguo callejón de Burruchaga, y por la calle San Juan al barrio del mismo nombre.

Convertido en un importante centro docente, el convento de Santo Domingo acogía a estudiantes procedentes no sólo de la villa, sino también de las jurisdicciones vecinas.



El plantel de los dominicos fue destruido por el incendio en 1869, y el nuevo inmueble edificado allí fue arrendado en 1901 por la alcaldía bayamesa, para instaurar escuelas públicas.

Actualmente en ese inmueble ubicado en la calle Martí esquina Parada, radica la escuela primaria José Antonio Saco, y la sede de la Dirección Municipal de Educación.

Establecida la República, el Ayuntamiento acordó en 1912 construir en la plaza aledaña un parque dedicado a la memoria del insigne bayamés Francisco Maceo Osorio, uno de los iniciadores de la lucha independentista.

Inaugurado el 7 de enero de 1914, al parque Maceo Osorio también se le conoce popularmente como Parquecito de los Coches, pues era el lugar donde se congregaban estos carruajes, cuando todavía era posible pasear en tales vehículos por las estrechas calles del centro histórico.



Ubicado en la intersección de las actuales calles de José Martí y Maceo Osorio se conserva uno de los exponentes constructivos del siglo XVII bayamés, inmueble que acoge actualmente a la Casa de la Trova.

En la parte delantera del cercano centro escolar se alzan, sobre altos pedestales, sendos bustos de José Antonio Saco y Pedro Figueredo Cisneros.

A su vez, el busto erigido en el parque a la memoria del mayor general Francisco Maceo Osorio, tiene inscritas frases de Francisco Vicente Aguilera y Pedro Figueredo, compañeros suyos en la fundación del Comité Revolucionario de Bayamo, junto a la siguiente expresión del propio Maceo Osorio: “Solo me resta el deseo de contribuir a la felicidad de mi Patria, aún a costa de mi propia felicidad”.

Este importante espacio público bayamés adquiere una dimensión sociocultural, al ser el marco propicio para diversas actividades participativas, y un lugar de intercambio social, otorgando a la ciudad un gran dinamismo urbano.


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El Mayor tesoro bayamés.

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EL ALTAR DE UN BAYAMES GENIAL.


Fuente: Jorge C Tamayo   jorgetm@enet.cu

Para algunos se trató de un milagro divino, para otros fue sencillamente obra de la casualidad, pero el hecho cierto es que la Capilla de los Dolores y su altar barroco fue uno de los pocos tesoros artísticos que sobrevivió a la quema de Bayamo, aquel 12 de enero de 1869.


Este hermoso retablo de madera laminado en oro es la pieza más llamativa de la capilla inaugurada el domingo 24 de abril de 1740, la cual fue construida anexa a la vieja Iglesia Mayor.

El historiador José Carbonell Alard, en su libro “Estampas de Bayamo”, refiere que esta reliquia patrimonial fue una obra realizada por el ilustre bayamés Manuel del Socorro Rodríguez de la Victoria, y constituye actualmente una de las pocas evidencias de su presencia física en esta ciudad.



Manuel del Socorro es un personaje paradigmático de Bayamo, y por extensión de toda Cuba. No tenía títulos de linaje ni otra fortuna que no fuera su inteligencia y gran sensibilidad de artista, y también humildes fueron los artesanos que con herramientas primitivas colaboraron en su obra.

Nació en esta villa el 15 de abril de 1756, y creó una obra extraordinaria en el campo de la filosofía, la literatura, la pintura y la escultura. También se destacó en la talla y la carpintería, oficios que aprendió de su padre.

Al compararlo con los geniales artistas italianos Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci, también nos preguntamos cómo este bayamés humilde pudo llegar a convertirse en un hombre tan multifacético, y alcanzar una gran relevancia en actividades sociales y culturales.



Su conocimiento enciclopédico es aún más sorprendente si tenemos en cuenta que lo adquirió en una villa como Bayamo, alejada de los centros culturales del país. Lo cierto es que ya en la década de 1780 Manuel del Socorro se había convertido en un personaje célebre en esta región.

Pero a esa genialidad debemos agregarle un componente de realce, pues hablamos de un hombre mestizo, y de una marcada pobreza que le impidió asistir a la escuela durante su niñez.

Su nivel de erudición llegó a ser tal, que en cierto momento decidió enviarle una carta al rey Carlos III, solicitándole empleo y ayuda para ampliar sus conocimientos, aceptando ser evaluado por cualquier comisión que la corona española decidiera enviarle.

En esa solicitud se revela la grandeza intelectual y creativa de Manuel del Socorro, quien se sometió a exámenes a claustro pleno en cuatro materias fundamentales: oratoria, poesía, talla y pintura.

El historiador Aldo Daniel Naranjo relata que fue entonces cuando el sabio bayamés sorprendió a todos los presentes, por el conocimiento misceláneo que poseía.

Tiempo después de ese examen, el gobernador general de la isla José de Espeleta, quien había presenciado aquella demostración de sabiduría, decidió llevar consigo al intelectual a Nueva Granada, actual Colombia, cuando fue trasladado hacia ese país para ocupar allí el cargo de virrey.

A su llegada a Colombia el primero de agosto de 1789, siendo aún muy joven, Manuel del Socorro fue nombrado director de la Real Biblioteca Pública de Bogotá.

Pero su historia tendría un clímax mayor en cuanto a realización profesional, pues en poco tiempo se convirtió en el Padre del Periodismo colombiano, y uno de los primeros en ejercer esta profesión en Latinoamérica, cuando el 9 de febrero de 1791 fundó el “Papel Periódico de Santa Fé de Bogotá”.

Cuentan que su pasión por el periodismo lo llevó a dirigir y a la vez redactar ese diario, en el cual ofrecía a los lectores extensos artículos sobre arte, moral, economía, entre otras muchas materias.

Cuando falleció en Bogotá el 2 de junio de 1819, Manuel del Socorro ya se había ganado el respeto y el agradecimiento de una nación que hasta el día de hoy lo considera como una de sus figuras más veneradas en el ámbito intelectual.

En octubre de 1860 Carlos Manuel de Céspedes publicó un texto en el cual menciona a algunos de los que más aportaron talento y saber a la cultura bayamesa.

Entre esos nombres a quienes el Padre de la Patria rindió tributo se encontraba Manuel del Socorro Rodríguez, uno de los más brillantes y preclaros bayameses de todos los tiempos.




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