sábado, 12 de abril de 2014

Que me entierren en Bayamo





Que me entierren en Bayamo
 
A propósito de la celebración de la XVIII Edición del Festival de Música Popular Cubana Sindo Garay.
 
Por Gloria Guerrero

Recuerdo el calor intenso de aquella tarde de julio de 1968, Cuando la curiosidad de adolescentes nos llevó a paso apresurado a un velorio inesperado en un lugar público, que por demás tenía un aroma de guitarra rasgada y el aire solemne de guayaberas recién planchadas al son de circunstancias dolorosas.
 
Bayamo, la ciudad inmortalizada por la música trovadoresca recibía como madre pródiga a un hijo que adoptó como propio ofreciéndole como privilegio único el regazo de su tierra bendecida: Antonio Gumersindo Garay y García, conocido como Sindo Garay.
 
Cuentan que este genio popular, aprendió la música a través de la vida, la elaboró en su cabeza, su garganta y sus manos sobre la guitarra. Para él un papel pautado con notas musicales no tuvo más significado que el de un misterioso jeroglífico indescifrable y que sólo a partir de su increíble sensibilidad y capacidad para sintetizar y reelaborar hechos sonoros, pudo, desde su desconocimiento de la técnica musical formal, hacer las obras que hizo.
 
Por supuesto que cantó a Bayamo, aún hoy se escucha esa emblemática melodía dedicada a la mujer Bayamesa, que es todo un poema de fragancia que nos enaltece…
 
Sus composiciones del más puro sabor cubano, engrandecen el patrimonio musical de nuestro archipiélago y sirven de inspiración a quienes participan en el Festival de Música Popular Cubana Sindo Garay, que Bayamo celebra en su honor.
 
Nació el trovador en Santiago de Cuba, pero por alguna razón no confesada pidió que lo enterraran en Bayamo y aquí reposa, bajo un flamboyán que desgrana sus flores como notas, mientras que algunos conocedores del misterio de la vida y de la muerte, aseguran que en las noche de luna se escucha sonar una guitarra, triste. que repite una y otra vez la melodía que todos conocemos……….
 
Ella es sensible, le brinda al hombre
virtudes todas y el corazón,
pero si siente de la Patria el grito,
todo lo deja, todo lo quema,
ese es su lema, su religión.
 
 

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